El fútbol
callejero es la variante informal
que todo amante del balón ha jugado y disfrutado al menos una vez en su vida.
Para esta práctica no es necesaria una cancha de césped recién cortado, ni los
chimpunes que usan Ronaldo o messi.
Ni camisetas extravagantes, ni árbitro. Ni siquiera 11 jugadores. Solo
necesitas una pelota y a quienes deseen jugar una 'pichanga'.
Para los niños, el colegio es la primera
prueba de fuego. Cuando están frente a su rival a la hora del recreo, solo se
encuentran ellos y su imaginación. Del mismo modo, cuando juegas futbol
callejero con tus 'patas' por unas cuantas monedas, cómo ganar ese
partido no está escrito en un manual. Surgen de lo subjetivo, de lo que no se
ve. por eso es que este deporte es considerado el arte del engaño, de eludir al
rival de la manera más creativa e ingeniosa
posible.
Practicar el fútbol callejero te da esa
agilidad mental, de pensar en milésimas de segundos, cuál será la siguiente
jugada. En las academias el entrenador te dice: “el pase es así porque te
permite…”. En la calle, la situación es diferente: tú
decides, tú
aprendes, tú
te equivocas.
Aprendes a levantarte.
El talento surge y se forma en las pistas. Lo
dicen jugadores históricos. Lo afirman entrenadores de renombre. Lo viven los
niños de las favelas brasileñas, de donde salieron Ronaldo, Ronaldinho, entre
otros monstruos del fútbol internacional.
Básicamente el juego dispondrá apenas de un
balón y una pared o una cerca usada como meta, o artículos tales como ropa que
es utilizada para los postes. La facilidad de jugar que tienen estos juegos
informales en las calles y espacios abiertos hacen que el fútbol sea el deporte
más popular por todo el mundo.
En el fútbol callejero se puede puntuar la
competición siguiendo tres criterios: adaptaciones que dan menor importancia a
las reglas, los juegos basados en puntos por gol y juegos basados en asociación de movimientos.
Los niños salen a la calle a jugar al fútbol. Aprovechan
cualquier momento del día para dar unas patadas al balón y correr por las
calles tratando de imitar las paradas, asistencias, regates, pases y disparos
de sus jugadores favoritos. Juegan al fútbol todos los días después de clase,
en el recreo, en el barrio y los más privilegiados en las escuelas o clubes
deportivos. A este juego no le hacen falta las condiciones de un juego formal,
tales como un campo grande, líneas en el campo, marcador y banderas en las
esquinas, once jugadores por equipo, o el árbitro. Solamente hace falta un
balón, un grupo de amigos, una pared o una portería formada por ropa, mochilas
o piedras que son utilizados para los postes. Incluso los adultos hay cosas que
no podemos resistirnos a hacer, especialmente en la calle. Cuando vemos
niños jugando al balón, no importa donde sea, tenemos la imperiosa necesidad de
dar unos toques y entrar en el partido.
Reglas
del fútbol callejero
- La regla más conocida de
todas: “La ley de la botella, quien la tira va a por ella”.
- La portería se forma con
piedras o sudaderas.
- Los dos mejores no pueden
jugar juntos. Ellos son los que eligen los equipos.
- Los últimos elegidos suelen
ser los peores jugando.
- El dueño de la pelota es el
que manda. Si se enfada, se acaba el partido.
- El que juega de portero es
el último que llega a tocar el larguero. Por lo que suele ponerse el más
gordito de todos.
- El chico que tiene
gafas nunca se puede poner en la portería. Tiene la excusa perfecta.
- Una de las porterías suele
ser más pequeña que la otra.
- No existen los postes. Sabes
que no ha sido gol cuando el portero no llega.
- No existen las tarjetas.
- Solo hay falta cuando la
persona que la recibe cae al suelo de manera flagrante.
- No hay fuera de juego.
- No importa que el partido
vaya 7-0. Sabes que se acaba con esta frase: “El último que marque,
gana”.
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